El Partido Nacionalista Escocés (SNP) de Nicola Sturgeon se hizo con 56
escaños, de un total de 59, que estaban en juego en Escocia en las elecciones generales celebradas el pasado jueves en
el Reino Unido. De este modo, los
nacionalistas escoceses logran sumar 50 escaños a los 6 que ya tenían desde
2010, una cifra nunca antes alcanzada y que indudablemente supone un punto de
inflexión histórico en la política británica.
El exministro
principal Alex Salmond, artífice del referéndum de independencia escocés del
pasado 18 de septiembre, logró por su parte un escaño en la Cámara de los
Comunes por lo que será quien lidere la estrategia escocesa en Londres. "El león escocés ha rugido esta noche", declaraba tras conocer el
esperado avance de su partido, que se erige como la gran revelación de estas
elecciones.
El resultado abre el camino para que Escocia pueda obtener más autonomía. De
hecho, el primer ministro británico y ganador por mayoría absoluta, con más de
325 escaños, David Cameron, se apresuró a recordar que dará a Escocia más
autonomía "tan rápido como se pueda". El programa del Partido
Conservador incluye la promesa de presentar una proposición de ley para la
autonomía de Escocia en la primera sesión del nuevo Parlamento. El programa
también prevé retornar a Escocia "nuevas y significativas competencias
sobre bienestar social" y dotar al Parlamento escocés "de uno de los
paquetes de competencias en recaudación fiscal y gasto más amplios de entre los
parlamentos autónomos del mundo".
Los grandes perdedores en Escocia fueron los laboristas de Ed Miliband, que
lograron conservar solo un escaño de los 41 que tenían en la última
legislatura, lo que contribuyó en su estrepitosa derrota en el conjunto del
Reino Unido. Los liberales demócratas, por su parte, perdieron diez de sus
diputados en la región y consiguen mantener solamente a uno, al igual que los
conservadores.
Los resultados obtenidos, según Salmond, muestran "una extraordinaria
declaración de intenciones del pueblo de Escocia". Y las
"intenciones" de Escocia pueden ser volver a votar la independencia,
sobre todo si el SNP no se encuentra conforme con el paquete de ampliación de
autonomía que el Partido Conservador ha prometido presentar. Esta intención
podría estar ligada, también, con una fecha clave: antes de que termine el
2017, Cameron se ha comprometido a celebrar un referéndum en todo el Reino
Unido sobre la continuidad o no en la UE. Un voto contrario a la UE en
Inglaterra y favorable en Escocia podría marcar un punto de no retorno en la
relación entre las dos naciones.
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Fuente: BBC. |
Gales e
Irlanda del Norte
En Gales, el Plaid Cymru aumentó el porcentaje de votos
recibidos en relación al 2010, del 11,3% al 12,1%, aunque no fue suficiente
como para conseguir un cuarto escaño. Así pues, se quedó con los tres que ya
tenía y se mantiene como cuarto partido de Gales, por debajo del UKIP y
superando a los liberal demócratas. Los laboristas se mantienen como primera
fuerza (36,9%), bien por delante de los conservadores (27,2%).
Por otra parte, en Irlanda del Norte, los votos de los dos
partidos nacionalistas irlandeses quedaron justo por debajo del 40%, con un
descenso del 3,6% respecto a los resultados de 2010. De los dieciocho escaños
pertenecientes a Irlanda del Norte, el Partido Unionista Democrático (DUP)
obtuvo ocho, el Sinn Fein cuatro –tras la pérdida de un escaño con respecto a
las anteriores elecciones–, el Partido Socialdemócrata y Laborista tres, el Partido
Unionista del Ulster dos, y un escaño la candidata independiente unionista
Sylvia Hermon.
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